Vivía lejos.
Internet era sólo una idea, muy buena,
futurística y tangible, pero lejana y galáctica.
Nos enviabamos cartas.
Cartas que uno escribía y otros contestaban,
a través de precipicios de días y abismos de semanas.
Espiar al cartero,
sobres, estampillas y direcciones,
remitentes y despachos "vía aérea",
fueron mi otra forma de volar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario